Dormir en un lugar con diseños propios y con estilo propio.
Si tu habitación es pequeña los colores oscuros provocarán que las proporciones de esta se vean más reducidas aún, por el contrario los colores claros dan efecto de luminosidad y por ende de mayor amplitud, ya que la luz cambia la percepción del tamaño.
Si lo que buscas es tener tranquilidad cuando te encuentres en tu dormitorio, entonces los tonos más recomendables son el azul y el verde.
Si finalmente decides pintar tu dormitorio con colores claros, tus muebles, cortinas o cubrecamas pueden ir en tonos más oscuros, siempre y cuando sigas el esquema del color de la pared. Con esto conseguirás darle mayor profundidad a tu habitación.
Generalmente los tonos naranjas o rojos no son recomendados ya que te pueden provocar estrés al alterar el sueño, sin embargo, los consideran adecuados para personas con depresión.
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